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"¡ESCUDRIÑAD LAS ESCRITURAS!"
Isaías 55:1-11
"Y estos eran más nobles... pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras" (Hech. 17:11).La Biblia es un libro poderoso. En países donde no hay Biblia reina la ignorancia, la superstición, el miedo y la maldad. La Biblia trae gozo, sabiduría, luz y justicia donde quiera que esté. Para realizar esto, la Biblia tiene que ser usada. No tiene ningún valor el imprimir miles de Biblias todos los años si las gentes no las leen. Vamos a proponernos pues a estudiar este año la Biblia como nunca lo hemos hecho. Desperdiciamos mucho tiempo con lo periódicos y revistas, las cuales no son de ningún provecho para nuestras almas. La Biblia, al contrario, es el medio que Dios usa para convertir a los pecadores en santos. "La fe viene por el oír, y el oír por medio de la Palabra de Dios". Hay dos razone por las cuales no hacemos uso de la Biblia.En primer lugar, Satanás odia las Escrituras y hace todo lo posible para alejarnos de su lectura. Primero: Cuando Satanás tentó al Señor en persona, Jesucristo le citó las Escrituras y esto le hizo enojar.La segunda razón por la cual no estudiamos la Biblia como debemos es que nos parece tan ordinario y tan sin importancia. Dios hace muy fácil el conocerle a El y su Salvación, pero por esta misma razón somos renuentes para su uso, tal como lo hizo Naamán el leproso: se burló de la idea de lavarse en un río común para curarse de la lepra.Nos gustan las cosas emocionantes como las concentraciones, la música que nos mueve, o tal vez hechos "milagrosos" en nuestras vidas. Todo esto es importante, pero no lo más importante. Jesús dijo que si no usamos la Palabra de Dios, no creeríamos aunque resucitara un muerto y nos predicara.No permitamos que las influencias del mundo y sus placeres, que por medio de sutiles argumentos nos desvíen y desaniman para leer la Palabra de Dios. Ellas son las que nos guían por el verdadero sendero y encontrar la felicidad y conocer la Voluntad de Dios.Oremos al Señor diciéndole: "Señor Jesús, quien eres la Palabra de Dios en forma humana. Ayúdanos a usarla fielmente y con gozo este año. Danos lo que tuvo el salmista cuando dijo que Tu Palabra era para él más dulce que la miel, y más deseable que el oro. Amén. Que Dios os bendiga y ayude en este propósito de estudiar la bendita Palabra de Dios.
OPINIÓN DE UN SACERDOTE SOBRE EL MATRIMONIO
R.P. José Carlos Areán,Capellán del R.C. Celta - Vigo
Dos leonas no hacen pareja. Dos gatos, tampoco. No pueden aparearse. Para ello tendrían que ser de distinto género pero de la misma especie. Son cosas de la zoología. No es producto de ninguna cultura.Tampoco el matrimonio es un invento de la Iglesia. Muchos siglos antes que Jesús naciera en Belén, el Derecho Romano ya reconocía el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. La esposa es para tener hijos y junto con el marido formar una familia, la base del orden social.La palabra matrimonio procede de dos palabras romanas: "matris" y "munio". La primera significa "madre", la segunda "defensa". El matrimonio es la defensa, el amparo, la protección de la mujer que es madre, el mayor y más sublime oficio humano. Y el mayor fundamento que protege una sociedad sana y en orden.Cada palabra tiene su significado propio. Una compraventa gratuita no es una compraventa, sino una donación. Y una enfiteusis por cinco años no es un regalo, sino un arriendo vulgar.Llamar matrimonio a la unión de dos personas del mismo género es algo poco serio y fuera de orden. Jurídicamente, un disparate. De carcajada. Que le llamen "homomonio", o "seximonio", lo que quieran, todo menos matrimonio, que ya está inventado hace tiempo. Nadie llama tarta de manzana a la que está hecha de peras. Dios es el Creador del matrimonio. Hay que respetarlo y conservarlo como tal.Lo curioso es que cuando dices cosas como estas, algunos te miran extrañados diciendo que no reconoces la libertad de las personas. Y por más que digas que sí respetas la libertad de todos, que cada uno puede vivir con quien quiera, incluso con su perro, pero que no llamen a eso un matrimonio, entonces te tildan de intolerante. Respaldar que el mundo cambie el orden de Dios no es intolerancia es vida para la vida y salud para la raza humana, es temor a Dios y respeto a sus mandamientos.No sé lo que harán los parlamentarios y el pueblo a la hora de votar. Votarán por razones políticas, no según el Derecho y la verdad. Pero las consecuencias apoyando estos vejámenes son graves para una nación. Si un varón tiene derecho a casarse con otro varón y una mujer a hacerlo con otra mujer, ¿Entonces sería lo mismo que negar el derecho a un hermano a casarse con su propia hermana? ¿O a un padre a hacerlo con su hija? ¿No tienen el mismo derecho?La sociedad se quiebra. Huele a podrido y a inmundicia. Pensemos bien lo que hacemos, pensemos en las consecuencias para el futuro de nuestros niños y jóvenes actuales. Tú que estas en capacidad de votar y tienes familia, deseas la perversión y la corrupción en tu propio hogar?
CONSECUENCIAS REALES SOBRE MATRIMONIO
Y RELACIONES GAY.
¿Testimonio de la vida real por: Dawn StefanowiczUna mujer canadiense que fue criada en un hogar homosexual se dedica ahora a asistir a otras personas que atraviesan por la misma situación y a pedir a los gobiernos del mundo que protejan el matrimonio entre hombre y mujer. Según informa ForumLibertas.org, Dawn Stefanowicz vive en Ontario, Canadá, con su esposo de toda la vida y sus dos hijos. Actualmente prepara su autobiografía y desarrolla un ministerio especial desde el sitio web (en inglés) http://www.dawnstefanowicz.com/: Brinda ayuda a otras personas que como ella crecieron a cargo de un padre homosexual y fueron expuestas a este estilo de vida. Stefanowicz explica en el sitio web “cómo en su infancia estuvo expuesta a intercambios de parejas gays, playas nudistas y la falta de afirmación en su feminidad, cómo le hirió el estilo de vida en el que creció, y ofrece ayuda, e información para otras personas que han crecido heridas en un entorno de ‘familia’ gay, un estilo de ‘familia’ que ella no desea para nadie y que las leyes no deberían apoyar”.Su testimonio:En su relato, Stefanowicz “Estuve expuesta a un alto riesgo de enfermedades de transmisión sexual debido al abuso sexual, a los comportamientos de alto riesgo de mi padre y a numerosas parejas”, relata. “Incluso cuando mi padre estaba en lo que parecían relaciones monógamas, continuaba haciendo ‘cruising’ buscando sexo anónimo. Llegué a preocuparme profundamente, Compartía conmigo lo que lamentaba de la vida. Desgraciadamente, siendo niño unos adultos abusaron sexual y físicamente de él. * Debido a esto, vivió con depresión, problemas de control, estallidos de rabia, tendencias suicidas y compulsión sexual. Las (ex) parejas de mi padre, vieron sus vidas drásticamente acortadas por el SIDA y el suicidio. Mi padre murió de SIDA en 1991″.Según Stefanowicz las “experiencias personales, profesionales y sociales con mi padre no me enseñaron el respeto por la moralidad, la autoridad, el matrimonio o el amor paterno. Me sentía temerosamente acallada porque mi padre no me permitía hablar de él, sus compañeros de casa, su estilo de vida y sus encuentros en esa subcultura. Tuve que vivir según sus reglas”.“Pero me sentía abandonada y despreciada porque mi padre me dejaba a menudo para estar varios días con sus compañeros. Sus parejas realmente no se interesaban por mí. Fui dañada por el maltrato doméstico homosexual, las tentativas sexuales con menores y la pérdida de parejas sexuales como si las personas fueran sólo cosas para usar”, “desde corta edad, se me expuso a charlas sexualmente explícitas, estilos de vida hedonistas, subculturas GLBT y lugares de vacaciones gay. El sexo me parecía gratuito cuando era niña. Se me expuso a manifestaciones de sexualidad de todo tipo incluyendo sexo en casas de baño, travestismo, sodomía, pornografía, nudismo gay, lesbianismo, bisexualidad, voyeurismo y exhibicionismo. Se aludía al sadomasoquismo y se mostraban algunos aspectos. Las drogas y el alcohol contribuían a bajar las inhibiciones en las relaciones de mi padre”.“Mi padre apreciaba el vestir unisex, los aspectos de género-neutro, y el intercambio de ropas cuando yo tenía 8 años. Yo no veía el valor de las diferencias biológicamente complementarias entre hombre y mujer. Ni pensaba acerca del matrimonio. Hice votos de no tener nunca hijos.Las consecuencias:“Más de dos décadas de exposición directa a estas experiencias estresantes me causaron inseguridad, depresión, pensamientos suicidas, miedo, ansiedad, baja autoestima, insomnio y confusión sexual. Mi conciencia y mi inocencia fueron seriamente dañadas. Fui testigo de que todos los otros miembros de la familia también sufrían”. “Mi sanación implicó mirar de frente la realidad, aceptar las consecuencias a largo plazo y ofrecer perdón. ¿Podéis imaginar ser forzados a aceptar relaciones inestables y prácticas sexuales diversas desde corta edad y cómo afectó a mi desarrollo?. Desgraciadamente, hasta que mi padre, sus parejas sexuales y mi madre murieron, no pude hablar públicamente de mis experiencias”.“Al final, los niños serán las víctimas reales y los perdedores del matrimonio legal del mismo sexo. ¿Qué esperanza puedo ofrecer a niños inocentes sin voz? Gobiernos y jueces deben defender el matrimonio entre hombre y mujer y excluir todos los otros, por el bien de nuestros niños”.
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